Ningún viento nos alcanza

              Ningún viento nos alcanza     Dame tu palabra… Dame tu palabra de que no usarás mis argumentos para engrandecer los tuyos, dame tu palabra para que yo pueda hacer de ella mi barco y lanzarme al proceloso mar de las tormentas, donde cada ola puede ser la última. Asistimos desde hace tiempo a un proceso de enmudecimiento de las palabras que curiosamente se lleva a cabo a través de una marea incesante de verbos vacuos, un escenario donde la superficie lo es todo y las formas y el argumento poco importan.   Surgen por doquier belicosos augures de la verdad que se alzan en defensores de lo inaprensible, la verdad cuelga de sus lanzas dispuestas a ensartar en ellas las mentiras de los otros. Porque lo importante es que la mentira siempre cae en estas batallas defendidas por autoproclamados heraldos de la única e indiscutible verdad.     https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=covi...